
En esta segunda ocasión en que accedo al cargo de Hermano Mayor, las circunstancias son muy distintas. En la anterior quizás el poco bagaje a mi corta edad, el incierto futuro en lo personal y que las circunstancias de la hermandad no eran las mismas que se dan ahora, hicieron que aquel mandato tuviera muy poco recorrido.
Hoy, la situación en que se encuentra inmersa la Hermandad es muy distinta. Patrimonialmente, el guión de la cofradía está completo y muy digno; no urge acometer ningún gasto elevado en elementos patrimoniales y, en el aspecto humano, también ha habido un notable crecimiento. Y todo esto hay que agradecérselo a todas las anteriores juntas de oficiales que han trabajado denodadamente por el bien de esta cofradía. Quizás desde hace tiempo, la necesidad más grande de esta hermandad es garantizar su continuidad en el tiempo por medio de un relevo generacional.
Siendo consciente de que muchos de los que hemos estado ocupando puestos de responsabilidad en las anteriores juntas de oficiales vamos siendo mayores, y de que no podemos estar haciéndolo durante mucho más tiempo, he creído conveniente ir propiciando una transición mediante la incorporación de un buen grupo de jóvenes de cuya ilusión y ganas hemos sido todos testigos en los últimos años. Varios de ellos recalaron en esta casa gracias al proyecto de la Escuela de Nazarenos, que surgió en torno a la figura del Niño Jesús de la Compañía, y se fueron implicando cada vez más en el día a día de la Cofradía. Esas ganas y esa ilusión son las bazas que queremos poner en valor, y por eso les planteamos que es el momento de dar un paso más en sus atribuciones, de manera que, en un futuro más próximo que lejano, puedan ser ellos quienes rijan los destinos de la Hermandad.
Sabéis que estamos atravesando unos meses difíciles por culpa de la pandemia, sin los ingresos por Cruz de Mayo, Feria y papeletas de sitio; y, por si esto fuera poco, la subvención municipal se va a ver muy mermada. Por desgracia, la pandemia también nos deja sin poder dar cumplimiento otro año más al principal fin que marcan nuestras reglas, la realización de la Estación de Penitencia, y eso quizás se traduzca —conviene tenerlo en cuenta— en una bajada del número de hermanos.
Pero, por otro lado, el hecho de que no tengamos que dirigir nuestros esfuerzos a poner la Cofradía en la calle nos va a permitir que, en este primer año de mandato, nuestra línea de trabajo procure crecer en formación, espiritualidad y labor social y caritativa, menesteres sin los cuales el Santo Sepulcro no sería lo que es. Así, en la inminente Cuaresma, además de los cultos que establecen nuestras Reglas (Quinario en honor de Ntro. Señor Jesucristo del Santo Sepulcro y el acto de veneración y Vía Crucis del Domingo de Pasión) empezaremos a celebrar, cada viernes, el Piadoso Ejercicio de las Cinco Llagas de Ntro. Señor. También, queremos seguir trabajando en la línea que se ha venido marcando en cuanto a la colaboración con Cáritas parroquial y con la obra social del Niño Jesús de la Compañía; pero no pretendemos forjar una caridad sólo entendida como una aportación económica más o menos generosa, sino que nos hagamos más presentes y nos impliquemos, como lo que representamos, en el funcionamiento de éstas y de las actividades de la Parroquia que nos acoge. En definitiva, dadas las circunstancias, es momento de hacer más Iglesia, más vida de Pueblo de Dios.
De todo esto me gustaría hacer partícipes a todos los hermanos, de manera que nuestra pertenencia a la hermandad tenga más sentido y no se limite a vestir una túnica o un costal el Viernes Santo o a pagar una cuota.
Sólo me resta transmitir que, ojalá más pronto que tarde, la pandemia pasará y volveremos a realizar la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, no sabemos cuándo será; pero, mientras eso suceda, la hermandad tiene que seguir viva y trabajando en que sus hermanos seamos, hoy más que nunca, más sensibles a las necesidades de la sociedad en que vivimos y comprometidos en dar testimonio de nuestra fe.
Le pido a Ntro. Señor Jesucristo del Santo Sepulcro y a Su Inmaculada Madre, Ntra. Señora del Desconsuelo en Su Soledad, que nos guíen en esta andadura para mayor Gloria suya.
Alfonso Orti Baquerizo
Hermano Mayor
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